lunes, 17 de mayo de 2010

La culpable de todo: LA DOPAMINA…

¿Qué pasa cuándo traspasamos la barrera de lo ”normal” y decidimos inyectarle un poco de adrenalina a nuestro cuerpo y de paso a nuestras vidas?... sobre todo cuando esta última tiene un buen tiempo de estar sumergida en la monotonía…

Hace poco leí un artículo en Cosmopolitan, que decía textualmente: “Hay una razón científica por la cual una mujer apasionada les atraen más a los hombres; las investigaciones prueban que realizar algo que nunca hizo las hace segregar más dopamina, el químico cerebral que crea sentimientos similares al del enamoramiento… CHAN! CHAN! CHAN…. De repente y en menos de una semana la palabra dopamina, se cruzaba por segunda vez en mi vida…

…hacía poco menos de dos días una amiga muy cercana me había sugerido darle vida a la dopamina haciendo cosas alocadas en el amor, que eso me ayudaría a renovarme y sentirme viva. ¿Presagio o señal divina? Quién sabe, lo cierto es que la bendita palabra me taladraba el cerebro y con él los pensamientos y las ganas de hacer algo “diferente” y de pronto y como obra y gracia del espíritu santo un SMS llego a mí y con él una gran dualidad: ángel y demonio… O le sumaba puntos a la dopamina o mantenía el clásico de clásico con el que fuimos criadas: usted es una señorita y el hombre propone, pero es la mujer la que dispone, antes de hundir el botón del send y al mejor estilo de las películas románticas, millones de pensamientos volaron sobre mi cabeza y con ellos una sola palabra que en ese licuado tormentoso, lograba resaltar con un brillo propio: LA DOPAMINA… y qué creen que hice?

…Pues sí, al apretar el botón send de aquel sms, pude descubrir que se transporto más que una serie de códigos traducido en texto, se fue también una bolsa llena de esa misteriosa sustancia química que al ser devuelta a mi casilla de mensajes llegó sin bolsa pero con una extraña sensación de adrenalina liberada que sin duda alguna sumo y mucho… Cuánta dopamina segregué ese día? No te lo puedo decir, pues no es fácil contabilizarla… pero lo que si te puedo asegurar es que la ganancia y a tu favor es MUY pero MUY grande…

Así que mi recomendación para ti hoy, es: Atrévete a hacer cosas locas, por lo menos una vez cada dos meses, en lo posible con la persona que jamás tienes en tu pensamiento porque quizás es esa persona la que tenga el alfiler que espiche tu bolsa y haga volar en cantidades insospechables toneladas de un liquido químico llamado dopamina… Total, al fin lo mejor de todo esto, es poder decir: Existe una culpable: LA DOPAMINA…







2 comentarios:

Condenada dijo...

Sí. Acepto el reto!!! Total, ya sabemos a quién culpar después.
¿No vale arrepentirse no?
Creo que nos debemos una charla... ;)

Quini dijo...

Arrepentirte? JAMÁS... Sólo piensa en cuanta dopamina estás segregando y sentiras tanta pero tanta felicidad q no el arrepentimiento NO EXISTIRÁAAAAA
PD: Si nos debemos una tarde larga de té y galletas ja :)