domingo, 28 de marzo de 2010

Hoy Conocí a Emiliana...




Hoy conocí a Emiliana, una mujer como tú y yo, es decir común y corriente... fue raro estar frente a ella, la piel se me puso de gallina, el corazón se me acelero y de repente fue como estar frente a un gran espejo que reflejaba todas aquellas historias cotidianas que nos suceden a diario...




Un Café por favor, muy cargado, con poca azúcar y muy caliente, para que ese calor mate el fuego que me quema por dentro... Esas fueron sus palabras ante nuestro encuentro... - dicen que cuando te quemas el frío y el hielo son grandes calmantes, pero en cuestiones del corazón, muchas veces más candela es necesario para aliviar la herida- Apunto con su mirada fija y perdida...


¿Cómo así?, alcance a preguntarle, - si, nosotras funcionamos así, si no quemamos todo hasta las cenizas, empezamos a colocar pañitos de agua fría, que lo único que hacen es calmar el dolor, pero NO necesitamos eso, lo que necesitamos es la cura definitiva-… Las mujeres somos radicales, a nosotras los términos medios no nos funcionan... -Le sirven una taza de café tal y como la pidió, hervía y el humo casi que formaba en el aire un símbolo raro-...



Me quede abismada, de ver como se tomaba el 1er sorbo de café hirviendo, era como si aquella bebida en definitiva, sanara el trago amargo que Emiliana estaba pasando... Muchas cosas pasaron por mi mente, recuerdos de mi abuela que decía siempre: "para andar colgando mejor caer"; recuerdos de muchas historias de amor que vi caer a principio de año, y una reflexión que daba vuelta en mi mente y me torturaba como el pájaro carpintero de la publicidad.



Es cierto que las mujeres somos radícales, pero no sé que tan cierto es eso de que los términos medios no nos funcionan. Y entonces pensaba en las veces que nos convertíamos en enamoradas virtuales, construíamos "historias de amor" irreales, basadas en palabras bonitas, sms intermitentes, expertas en leer entre líneas y videntes falsas de verdades que nunca llegan, en definitiva, nada real, un termino medio, que nos interesa tener, pero que muy en el fondo sabemos que no nos hace bien...



Somos radicales, porque cuando decimos no va más, es no va más, afirma Emiliana, con voz fuerte, pero pausada, - Esta afirmación me hace volver a la realidad y cortar con mis pensamientos, total, ella tendría que tener razones de peso que justificaran aquellas palabras... ¿Qué tal está el café? le pregunte, tal y como lo pedí me respondió, con el azúcar justo, la temperatura exacta y el sabor que necesitaba, hecho a mi medida, me termino afirmando...


Inevitablemente me fui de pensamiento hablado y manifesté en voz alta, “tal como necesitamos a los hombres, hecho a nuestra medida”, - sonrío tímidamente y su mirada se perdió con la mía, solo que esta vez fue imposible no verle caer una lágrima- Emiliana responde: " si me querida amiga, tal como necesitamos a los hombres, hechos a nuestra medida, solo que nosotras no tenemos medidas exactas para el amor, y siempre nos encanta inventarnos formulas raras, si tiene la temperatura exacta, queremos que le bajen al dulce, moldear el sabor a nuestro paladar, que entre otras cosas todos los días cambia y si fuese necesario sumarle uno que otro ingrediente más, como quien dice, cuando estamos en el termino medio, no los disfrutamos porque estamos probando e intentando con más ingredientes, y cuando llegamos al punto exacto nos empalagamos y se nos da por ponernos radícales, mandar todo al tacho de la basura y volver a empezar... es así de básico, mañana capaz nos encontremos en este mismo lugar o en cualquier otro y para entonces, querré un café tibio, con mucha azúcar y poco cargado...


Qué razón tiene Emiliana, la chica que conocí hoy, qué razón tiene Emiliana, una mujer como tú y como yo, común y corriente...



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